Debe ser legible:
La fuente que decidas usar en tu página web debe ser perfectamente entendible, de nada sirve tener textos bonitos y decorados si no son fáciles de leer. Busca tipografías que faciliten la lectura y no le resten al diseño.
Sencillez:
No integres más de dos tipos de fuentes en tus diseños, no es necesario, si deseas agregar una tercera fuente, puede ser solo para utilizar un cuadro de texto distinto. También opta por no utilizar fuentes muy artísticas o con muchas decoraciones, la función principal del diseño de un producto digital es la interacción con el cliente y con fuentes así le puedes restar a la legibilidad y a la interacción.
Jerarquía:
Debes jerarquizar los contenidos tipográficos dentro de web, hacer que el título principal tenga más tamaño y grosor que todos y un color que destaque, después un tamaño menor para el subtítulo, pero que se vea bastante menor ante el texto de los cuerpos.
La importancia de la jerarquía es que el usuario sin necesidad de leer textualmente, ya reconozca cuales son los títulos y el resto de contenido.